Las manos
es lo primero que aparece a mi vista enfocada hacia el teclado y más
allá unas cajas de fotos 6x9 que ya no se estilan, viejos CD que uso de vez en
cuando y una pila de casettes que no dejo de lado porque en ellos han quedado
voces de miles de entrevistas a lo largo de trece años.
Obviamente
he borrado en el trayecto un sinfín de ellas y eso me acongoja de solo pensarlo
pues ya no recuerdo quienes fueron los que me prestaron sus historias que pasaron
al papel pero no el sonido de sus palabras.
De
paso y por ahí andando, leyendo antiguos comentarios del blog me atraparon
algunas reflexiones tal vez inmaduras o con una pizca de dolor al darme cuenta
que esos mismos que decían lo que fuere en su momento, ya no están con aquella
asiduidad que era mi asombro y me incentivaba y me hizo crecer en esto de sacar
sentires desde el corazón el alma o la atmósfera.
Presumo
que el presente post será una botella a un charco pues ni mar o río se asoma siquiera
por aquí. Queda dicho y bueno, no pienso corregir ni darle una lectura para
saber si vale la pena que la cuestión permanezca en el aire. Solo seguiré esperando un
brillo en la línea del horizonte por donde pudiera perfilarse un casco de
barco de bandera amiga con un tapón de corcho en su proa, cuando hoy solo se divisan cuerpos
flotando vivos o muertos vestigios testigos que hablan de una civilización que ha perdido
rotundamente el rumbo.
2 de setiembre de 2001, cuatro de la tarde.
4 comentarios:
Una bandera de amigos, de búsquedas sin fin.
Saludos y buena vida. Gracias por seguir aquí, José
No suelo frecuentar los blogs últimamente, ni siquiera tengo disponible el mío. La vida, con sus vueltas, sus altos y bajos, me trasporta a su antojo. Con sus vaivenes, hoy me trajo hasta aquí, hasta tu orilla, nada premeditado. Una vibrante ola me tendió esta botella con este mensaje tuyo mientras contemplaba ese brillo en la línea del horizonte que nos une.
Un abrazo enorme queridísimo amigo.
mj
Mi estimado José, me retiré mucho tiempo de los. Logos, igual que MJ, e intento regresar pues aun cuando no he dejado de escribir, es una necesidad publicar y leer. Un abrazo enorme querido amigo. Pronto estaré por tu país, te avisaré antes para darte un abrazo.
Por ahí andando, he llegado hasta tu blog... te comprendo, José, los visitantes van y vienen: unos son constantes, otros no tanto, pero hay que seguir en la brega cuando el gusto así lo dicta.
Un abrazo.
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