Creí que me llamarías,
que al hundir mis manos en el
río de la despedida,
irías contracorriente,
lucharías.
Imagen tomada de la red |
Pero me quedé tan sola, tan río arriba.
Con tu renuncia de mí, sin gestos, ciego a cualquier faro,
Con tu renuncia de mí, sin gestos, ciego a cualquier faro,
permitiste que mi barca se fuera
de tu puerto,
sabiendo que al hacerlo, estarías excluyendo el
regreso.
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3 comentarios:
Todo el poema es una gran imagen que asimila la despedida con un río (qué imagen más acertada la del "río de la despedida"). Muy hermoso, Alicia.
Un beso enorme y hasta pronto, que es mi última noche en casa (donde voy no hay Internet).
La sutileza es tu constante idea de lo que ves, imaginas y escribes. Saludos Alicia.
!Qué duro son estos momentos! Todas las despedidas se llevan algo nuestro pero las dolorosas marcan mucho.
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