En el closet de mi conciencia guardo el vestido que estrenaré mañana. Y digo mañana porque hoy plancho la camisa de hilos invisibles que se ajusta muy bien al relieve de mis sueños. En teoría el reloj avanza sin mayores sobresaltos. Puede ser el tictac del mecanismo, tal vez un pitico que anuncia los tiempos modernos, quizás el temblor de un granito de arena que cae lentamente hasta convertir el vacío en una playa que no ocupa la palma de mi mano. De cualquier manera hay que aprender también a reconocer los minutos en la bandada de aves migratorias, en el cambio de figura de las nubes, en el paso de un viento repentino, en el concierto de cigarras cuando sale la luna.
Abro la ventana y las montañas me dicen en colores plateados que la tarde pronto desaparecerá. En el horizonte se perfila el sol de los venados, un dibujo de pinceles cósmicos que a lo mejor presagia el arribo de estaciones desconocidas. Realmente en Bogotá solamente percibimos calor o frío. A falta de copos de nieve -adultos y niños- hacemos muñecos sonrientes con los cristales del granizo; y el verano es un cielo despejado que se ríe a carcajadas de las gabardinas que, a principios del siglo XX, indicaban que nuestra capital era una sucursal del Polo Norte.
Los días por venir desfilan entre páginas borrosas y húmedas; se desgajan lentamente sobre un colchón de polvo, aire y retazos. Son fantasmas del pasado, rumores del presente, voces que hablan un idioma Universal más allá de las fronteras que separan tiempos y espacios.
(Carlos Eduardo) El mago de tu corazón
5 comentarios:
El horizonte, Carlos, el horizonte, es tu presente.
Los fantasmas siempre son amigos del pasado, a veces es mejor dejarlos ahí, cuando lastiman.
Un post para pensar.
Alicia
Magnífico texto, Carlos. Pasado, presente y futuro, todo en uno, formando la misma cosa que es esto a lo que llamamos vivir.
Un abrazo.
Hermoso ..con magia y con embrujo. Sin ayeres ... no existia el hoy, el ahora, y sin el hoy, ni el ahora; no hay psobilidad de un mañana ... Gracias por tan hermosas letras ... Te dejo un Beso.
Jose querida. Elegiste un texto que para mi adquiere hoy un profundo significado. Es como si lo hubiera escrito hoy, en medio de este tiempo de silencios interiores, ausencias, incertidumbre y, por supuesto, esperanza. Gracias por estar tan pendiente de mi. Has sido la única que me ha acompañado casi que a diario con palabras de apoyo y amistad. Encontrar tu saludo en mi correo significa que mi lucha vale la pena. Un fuerte abrazo amiga
Carlos Eduardo
Caselo amigo, este es un anticipo de un montón de cosas que quiero decirte. LLegado el caso sabrás el por qué y no es nada extraño sino decir con menos apuro lo que me viene de este tiempo en que nos conocimos en este modo vivificante como inusual entre la mayoría de las personas. Ah, no debo olvidar que el texto que has puesto es de un maravilloso virtuosismo que me llena y al que no podré llegar nunca. Hasta cualquier momento.
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