Continuemos el ensayo.

Preludio significa, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, aquello que precede y sirve de entrada, preparación o principio a algo; también lo que se toca o canta para ensayar la voz, probar los instrumentos o fijar el tono antes de comenzar la ejecución de una obra musical y, finalmente, una composición musical de corto desarrollo y libertad de forma, generalmente destinada a preceder la ejecución de otras obras.

Me llama la atención que el término Preludio sea relativo a la música. Es por eso que siempre he considerado que la realidad no es más que una sinfonía inconclusa de voces, percusiones, vientos, cuerdas, maderas, metales que, inevitablemente, se convierte en un ensayo en el que algunas veces todos los elementos coinciden y fluyen; otras, en cambio, dan paso a la necesaria, exquisita y sorprendente improvisación.

Estas breves palabras tienen como propósito agradecer la invitación de mi amiga Jose a participar de este espacio. La única manera de sobrellevar la embestida salvaje del siglo XXI es esa: unir sensibilidades. Solo así es posible vislumbrar un horizonte en el que la fraternidad sea nuestra búsqueda constante. Porque como dice mi admirado Silvio Rodríguez: “Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida”, creo que los sueños pueden alcanzarse si los proyectamos y compartimos. Entonces que eche a rodar este Preludio a un acontecer, espacio entrañable de paz, amistad y solidaridad.

Muchas gracias querida Jose.