Poema de Luis Melgarejo, poeta granadino y universal.
Aparqué.
La luz, el odio, el agua, las almendras, todo bien.
Le tiré poco a poco y para arriba
por justo el espaldar de la cantera.
El sol pegaba limpio y norte el aire.
Cernícalos y ortigas. Y alpechín.
Eché toda la tarde allí, bailando.
A la vuelta dos búhos
por los balates últimos al ras se me cruzaron
y un sapo justo en medio del carril ya bajandillo vi.
Y eran ya muchos cruces, demasiados.
Después supe que sólo eran los justos, que
la vida en
fin, que ya está.
Le eché el freno de mano lento al coche,
abrí, bajé, la luz no sé si estaba
de brecha o si eran sólo
las cortas de los faros ni
por dónde supe yo que algo venía
pasándome en el cuerpo desde por la mañana, pero
la cosa es que de pronto
allí de pie
mientras yo le cantaba para que se cruzase a
la cuneta del lado de la acequia
ya era el sapo que yo supe al ralentí
y supe en otra forma de los pájaros,
del sol y de la luna, de tanto brote aún verde,
tan sin flor, de lluvias cuándo y cómo y
de las balsas de alpechín tan negras que
de noche ya y
camino de la casa serenándome al volante
los pulsos tan livianos de la vida
pude ver una vez más pero llegándole distinto a
las otras cosas esas de la ciencia y la razón
que no sé yo si son tan importantes ya.
Logré dormir tras cuatro noches huecas. Me lavé.
4 comentarios:
Muy bello poema...
de pie ante tus versos que nos entregas ,
saludos fraternos
Pedro... Hermoso y sentido...Así es la vida.Gracias por el poema.Te dejo Un Beso. Silvi.
Buen poema Pedro, no conozco a este autor, pero sí a otros que son de Granada y muy buenos amigos, de muchos años con los que guardo una gran amistad.
Un beso
mj
Pedro precioso!!!
Besitosssssssssssss
Publicar un comentario